¿Qué material necesito para hacer senderismo o para hacer trekking?

Como ya vimos en nuestra anterior entrada [link al artículo de senderismo vs trekking], la dificultad y duración de la actividad a desarrollar será determinante a la hora de elegir que material y equipo vamos a necesitar. Sin embargo en todos los casos debemos pensar en tres grupos o bloques diferenciados, la vestimenta (la ropa, pantalones, gafas, etc), el equipo externo y los accesorios.

 

Vestimenta: en la elección de este material va a influir la ruta a realizar y las condiciones climáticas y ambientales a las que tengamos que enfrentarnos, fundamentalmente la temperatura, la humedad y la altitud. Proteger nuestro cuerpo de los pies a la cabeza es absolutamente necesario, pero esto no quiere decir que tengamos que forrarnos como una cebolla con capas y capas de ropa, recuerda que el cuerpo debe transpirar, sino que debemos vestir nuestro cuerpo con el equipo justo para la realización de la actividad que vamos a desarrollar. Tampoco está de más ser prudente y prever las incidencias que pudieran darse con un cambio brusco de las condiciones previstas para no tener posteriores disgustos.

Empezando por los pies para ir subiendo paulatinamente, elegiremos las botas.

Tanto si nuestra actividad se centra en el excursionismo como si somos unos expertos en trekking, la elección del calzado será fundamental. Lo primero será analizar las partes que integran la bota para luego poder elegir con cierto criterio.

La suela se divide a su vez en tacos (que son los que contactan con el suelo), refuerzos (tanto frontales, laterales, traseros y de planta), plantilla de montaje (adoptan la forma del pie) y plantilla (dan comodidad, actúan de amortiguación y absorben el sudor).

Cuerpo de la bota (talón, empeine, laterales), forro, sistema de sujeción, lengüeta de fuelle, sistema de acordonado.

Caña: protectores y estabilizadores, cinta, correa de ajuste final.

 

En la gran mayoría de los casos se usa para la suela el caucho como material, ya sea natural o sintético. El caucho natural aporta sobre todo adherencia, no obstante la característica más importante será su duración. En este aspecto se tendrá en cuenta su resistencia a la abrasión y está junto a la dureza, determinará el grado de adherencia. Otra característica destacable será la resistencia al desgarro.

El relieve de la suela no es baladí. Los hay muy diversos, por ejemplo en forma de aspa con orientaciones inversas en puntera y talón para mejorar la respuesta en pendientes o tacos más grandes y duros en los bordes para conseguir estabilidad lateral.

El talón será fundamental especialmente en descensos y para la amortiguación.

La plantilla de montaje está diseñada para adaptarse a la anatomía del pie con el fin de asegurar el máximo apoyo. Tiene que adaptarse también a la biomecánica del pie y sus movimientos, ya sea pronación-supinación, a lo que dedicaremos un artículo próximamente. En la plantilla pueden incluirse otras características como cámara de aire para mejorar la amortiguación.

Por último la plantilla será la encargada de absorber la sudoración o de dispersarla, pero, además, también tendrá un papel importante en la amortiguación. La transpiración general del conjunto de la bota vendrá también determinado por como de bien funcione la plantilla en una de sus principales funciones, que es la absorción de la humedad. Normalmente duran menos que el conjunto de la bota, por lo que será importante cambiarlas cuando las circunstancias lo requieran.

 

Todo esto está muy bien pero…. ¿Qué bota me compro?

 

Los aspectos a tener en cuenta para comprar una bota que se adapte a nuestras pretensiones pasa por empezar dando información relevante al vendedor de las características de nuestro pie, o leer bien las especificaciones del fabricante. Por ejemplo si tenemos mucha sudoración, el empeine voluminoso o cualquier otra característica destacable. También es importante probar la bota con el tipo de calcetín que vayamos a usar e ir con tiempo. La prisa es mala consejera. Cada fabricante tiene sus particularidades y es más que posible que incluso el tallaje difiera de unos a otros. También debes comprobar que a la hora de acordonarla no queden pliegues o arrugas o que exista un equilibrio entre el ajuste necesario de la bota por ejemplo en un descenso con la libertad del mismo a la hora de una subida.

Tampoco debe deslizarse el tobillo o talón, algo que podría arreglar una buena plantilla, o que el borde de cierre no debe molestar ni rozarnos.

Otras cuestiones que debes probar son la flexibilidad de la bota, su amortiguación, sus cualidades antideslizantes y su comodidad general.

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